Muchos trenes
Una canción desesperada. Un árbol con brotes muy tiernos. Un teléfono que llama a la cita. Un encuentro, y otro encuentro. Dos encuentros. Un reloj que no marca las horas. Tiempo al tiempo. Un móvil en la mano. Un beso en el hombro. Preguntas y respuestas. Un beso robado. Otro, y otro y otro más. Nadie canta. Un laberinto en el camino de besos en mi cuello. Un mechón de cabello nada en el miembro. Gemidos. Un sofá gris que pide la calma de la soledad. Una decisión.
Un abrazo de espalda a la cintura entrelaza las manos de ambos. Un corto camino recorrido hasta la esquina. Máquinas de escribir recordando los años. Un instante. Una Habitación con cama reclamando al parto del amor copulando. Una caricia comienza. La ropa se despoja de los cuerpos abandonándose en la alfombra. Descansan. El empeine izquierdo y la rodilla siento que siente excitación no esperada. Sigue. El punto del mundo deja seguir la ruta hasta el pecho que lo amamanta. Vamos al Olimpo. El tiempo está de nuestra parte. El camino recorrido nos deja de corridos muertos. Quién nos iba a decir esto. Un ventilador en el techo es testigo de lo que se ha hecho.
Microrrelato publicado en la página web de la Unión Nacional de Escritores de España y en el libro de veinte autores, editado por el Ateneo Marítimo Blasco Ibáñez de Valencia, cuyo libros están presentes en los Institutos Cervantes de Francia, España, Inglaterra, Marruecos y Portugal. Titulado "Algo que decir".
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